lunes, 29 de junio de 2015




Tenía el tema en la punta de la lengua, lo tenía, meditado y adornada para que sonara bien, para que causara sensación y asombro, a la vez que causaba cierto misterio dejándote una pequeña idea rondando por la sien. Era el tema perfecto... Pero se ha ido.
Escribo para olvidar, porque escriba o no, lo olvidare de todos modos. 

Vivo en un momento muy intenso, tan intenso que duele. Duele porque me inundan los pensamientos, las ideas, y no tengo capacidad para albergarlo todo, al menos no tan rápido.

Realmente es un momento duro, y por eso hago esto, para cuando pase,  poder olvidarlo... Porque si no lo escribo, no podré olvidarlo. Me explicare:
"Un pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla"
Y eso se aplica personalmente a cada ser humano. Por eso, me gusta recordar mis errores, errores con los que aprendí, y que me hicieron ser mejor. Sin embargo, no quiero repetirlos, prefiero equivocarme con cosas nuevas. Y escribiendo las cosas, me puedo dar el lujo de olvidarme de ellas, porque así en el momento necesario, podré recuperarlas. Pero si no lo hiciera, tendría que estar acordándome de ellas de vez en cuando, para no olvidarlas por completo.

Cuento todo esto porque a partir de ahora, todo serán motivaciones. Pero quiero que al que lo necesite saber, todos tenemos nuestros momentos de debilidad, de dolor, de pena y de caída al vacío... Todos. Pero todos podemos abrir los brazos y juntar las ganas para subir de nuevo para arriba. No será fácil, no será divertido, pero siempre, siempre, será productivo.
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